Enrique Urbizu: la imagen esencial

Clásico y moderno, reflexivo y pragmático al mismo tiempo. Enrique Urbizu ha empezado a recoger con La caja 507 los primeros frutos de un trabajo esforzado y paciente, los primeros reconocimientos de una labor puesta en pie con la misma honestidad con la que el cineasta construye sus historias o contempla a sus personajes. De este modo, demostrando una integridad y una confianza en sus propias posibilidades admirables, Urbizu se ha convertido en una rara avis en el panorama acomodaticio del cine español, con unas extrañas virtudes de independencia y de fe en el trabajo personal.